En la era de la transformación digital, a menudo nos maravillamos con las capacidades de la Inteligencia Artificial (IA) para optimizar procesos. Sin embargo, existe un «nuevo monstruo» silencioso del que debemos hablar: el riesgo magnificado de los errores algorítmicos. Un error humano, aunque costoso, suele tener un alcance limitado. Como se menciona en el video, «un notario comete un error, afecta a un cliente». Es un problema contenido. Pero, ¿qué sucede cuando la fuente del error es un sistema automatizado?
De un Error Aislado al Caos Masivo
El verdadero peligro de la IA reside en su escalabilidad. Un algoritmo de calificación, diseñado para agilizar miles de trámites, puede cometer un error sistémico. Cuando esto ocurre, no afecta a una sola persona, sino que «puede afectar a miles de escrituras en un solo día, creando un caos legal masivo antes de que alguien se dé cuenta». Esta capacidad de multiplicar un solo fallo a una escala masiva convierte un simple error de programación en una potencial catástrofe legal y administrativa.
El Error por Complacencia: El Peligro de la Confianza Ciega
Junto al riesgo técnico, emerge un peligro psicológico: el error por complacencia. A medida que «los humanos empezamos a confiar ciegamente en la máquina», corremos el riesgo de abandonar nuestro juicio crítico. La IA es una herramienta excepcional para minimizar el error derivado de la fatiga humana, pero introduce una nueva vulnerabilidad: el exceso de confianza. Al delegar la revisión y el análisis, dejamos de cuestionar, validar y supervisar, asumiendo que el sistema es infalible.
La Supervisión Humana No Es Negociable
La conclusión es clara e ineludible. Para aprovechar los beneficios de la inteligencia artificial sin sucumbir a sus devastadores riesgos, la intervención humana es fundamental. La eficiencia no puede lograrse a costa de la seguridad y la responsabilidad. La supervisión activa y la autonomía humana para tomar la decisión final no son opciones, sino elementos «no negociables» en la implementación de cualquier sistema de IA en sectores críticos. La tecnología debe ser un copiloto, no el piloto automático.