El temario del examen del Colegio de Abogados va más allá de la mera memorización de artículos y leyes. Busca evaluar el criterio y la capacidad del futuro profesional para navegar la compleja realidad socioeconómica. Uno de los puntos más relevantes de esta evaluación es la comprensión de la relación indivisible entre la actividad empresarial, el respeto a los derechos humanos y la estabilidad social.
El Equilibrio que se Pone a Prueba
La pregunta fundamental que subyace en esta parte del temario es: ¿entiende el aspirante que un negocio próspero y el respeto a los derechos fundamentales no son excluyentes? La respuesta que se espera es clara. Un abogado debe comprender que una empresa que opera en un entorno de inestabilidad y violaciones a los derechos es una «bomba de tiempo». El examen busca verificar que el futuro profesional no ve los derechos humanos como un obstáculo, sino como un pilar fundamental para la sostenibilidad.
La Estabilidad Social como Activo Estratégico
Un concepto clave que todo abogado debe ser capaz de articular es que la estabilidad social es un activo económico. La función de la Constitución es crear un ecosistema de garantías que permita el florecimiento de la actividad económica precisamente porque los derechos de los ciudadanos están razonablemente protegidos. Sin esa base de confianza y paz social, las inversiones carecen de certidumbre a largo plazo.
Al asesorar a un cliente, como un desarrollador inmobiliario, el abogado evaluado en el examen debe demostrar que puede ir más allá de la simple advertencia legal. Debe ser capaz de argumentar por qué respetar el derecho a un ambiente sano no es solo para cumplir la ley, sino una decisión estratégica que asegura la viabilidad y rentabilidad del proyecto. Este es el tipo de razonamiento que distingue a un simple legista de un verdadero asesor estratégico, y es precisamente lo que el examen busca identificar.