El acceso a la profesión de abogado está regulado por un examen que busca medir conocimientos y aptitudes. Sin embargo, surge una pregunta fundamental que resuena en la conciencia de la comunidad jurídica: ¿El examen de abogados evalúa los valores de los aspirantes? Esta no es una cuestión menor, pues define el tipo de profesionales que protegerán los derechos de los ciudadanos en el futuro.
La Crucial Jerarquía de Valores en el Derecho
Como se menciona en el video, todo futuro abogado debe tener meridianamente claro el orden de prelación en la aplicación de la ley. No todos los derechos o intereses tienen el mismo peso. La dignidad humana y los derechos fundamentales que de ella se desprenden no son simplemente una variable más en la compleja ecuación legal; son el pilar, el fundamento mismo sobre el cual se construye todo el sistema de justicia.
Ignorar esta jerarquía es un riesgo que ninguna sociedad puede permitirse. Un profesional del derecho que no comprende esta base ética puede fácilmente priorizar intereses secundarios sobre derechos inalienables.
El Conflicto: Ganancia Económica vs. Derechos Fundamentales
El video presenta un ejemplo claro y contundente: la colisión entre el derecho a generar una ganancia económica y el derecho a la salud de una comunidad. Poner ambos en el mismo nivel es un error conceptual y ético grave. La salud, la vida y la integridad de las personas siempre deben prevalecer sobre el interés puramente comercial.
Un examen de abogacía que se limita a evaluar la memorización de leyes y procedimientos, sin plantear dilemas que pongan a prueba el criterio ético del aspirante, está fallando en su misión más importante. Es imperativo que la evaluación posea la sutileza necesaria para discernir si el futuro abogado entiende que la defensa de la dignidad humana es su principal mandato.
La formación y evaluación de los abogados debe evolucionar para asegurar que no solo sean técnicamente competentes, sino también éticamente sólidos. La capacidad de un abogado para navegar conflictos de intereses, manteniendo siempre una correcta jerarquía de valores, es lo que verdaderamente define su calidad profesional y su contribución a una sociedad más justa.