El lema «Un ciudadano, Un voto» es mucho más que una frase; es la síntesis perfecta que encapsula la esencia de la función electoral en Costa Rica. Este principio fundamental asegura la equidad y la igualdad en el corazón de nuestro sistema democrático, garantizando que cada voz, sin excepción, tenga exactamente el mismo peso en la construcción del futuro del país.
El Poder de la Igualdad en el Sufragio
La arquitectura del sistema electoral costarricense se erige sobre una promesa inquebrantable: no existen votos de primera o de segunda categoría. Esta es la base de la confianza pública en los procesos electorales. El sistema está meticulosamente diseñado para que todos los ciudadanos que cumplan con los requisitos legales puedan ejercer su derecho al sufragio sin enfrentar ningún tipo de discriminación. De esta manera, no solo se protege el derecho, sino que se promueve activamente una participación ciudadana amplia y diversa, fortaleciendo el tejido democrático.
Garantes de la Credibilidad: Independencia e Imparcialidad
Para que el principio de «un ciudadano, un voto» sea una realidad tangible, es indispensable la existencia de una institución autónoma que vele por su cumplimiento. En Costa Rica, el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) es la piedra angular que sostiene la credibilidad del sistema. Sus principios de independencia e imparcialidad institucional son el escudo que protege la integridad de cada elección y, por ende, la legitimidad de la democracia. La confianza ciudadana descansa sobre la certeza de que el árbitro electoral es justo y autónomo.
Un Sistema al Servicio de la Soberanía Popular
Es crucial entender que la función electoral no es un aparato de poder en sí misma, sino un instrumento al servicio del ciudadano. Su objetivo primordial es ser el canal a través del cual se manifiesta la soberanía popular. Conocer a fondo estos principios nos permite, como ciudadanos, ejercer nuestros derechos de una manera más consciente e informada, valorando la solidez de una democracia que se ha construido sobre la base sólida de la igualdad y la confianza.